viernes, 5 de marzo de 2010

Clac.

Clac, clac, clac. Las teclas ceden bajo mis dedos. Clac, clac, clac. Tres letras más. Clac, clac, clac. Ya son nueve. Forman la frase más bonita que se puede escuchar.
Esa que hace que se te nublen los sentidos, que se te pare el corazón.

Hace que te tiemblen las rodillas, sin que puedas encontrarle una razón.

Envidia si la oyes desde fuera, tristeza si el momento ya pasó, impaciencia si todavía la esperas, aliento cuando al fin ya la soltó.

Letras que significan lo mismo a gritos que en susurros, palabras que le dan sentido a un mundo incoherente, una frase que no es nada, pero lo dice todo.

Ocho letras, una tras de otra, una tecla más y todo se acabó.

(TE QUIERO.)

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